Esa extraña sensación de hamacarse en el viento,
amarrada a nada, fuertemente asida, a nada...
Innecesaria insistencia del deseo.
Inigualable desprendimiento de toda importancia y apego.
Y no saber qué sigue, porque además no importa.
Certeza.
Ser aire en el aire.
Nada en la misma nada.
Ritmo en el ritmo.
Correr con la sangre, dentro,
y fuera, verterse en los torrentes.
Libre,
también de mí.