Premoniciones fallidas,
sueños alterados con realidades fantásticas,
gritos vacíos tan llenos de todo.
Y ese pequeño espacio invisible
entre el revés de las lágrimas
y el derecho de la soledad.
Confluencia íntima,
pasión silenciosa,
borde impreciso del huracán.
El dolor es un oso gigante
devorando los peces de tu mente.
Abismo de un salto,
atrapada entre dos certezas:
el amor y la muerte.
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