En el principio del principio, estaba claro. Luego los vientos que amontonan también dispersan. Y las aguas que nacen mansas suelen desbordarse, evaporarse, formar torrentes y cascadas.
Los sonidos se acercan y alejan, se confunden cuando se escucha mientras se oye dentro.
Las horas se tienen o no, en cuenta y se cuentan los minutos que las forman. Los días pasan y nunca es vano. Los seres cambian. La vida prevalece. No siempre ganan los buenos.
A veces todos pierden y nadie sabe.
Algunas veces el sentido de algo es el sentido de todo.
Y otras veces el medio justifica el fin. Las cosas pasan. Todo puede cambiar y nada pasa. Todo puede estar igual y nada es lo mismo. Es todo tan relativo y fantástico. Lo "normal" se ha vuelto extraordinario.
Y en el delirio sin sentido y su descripción, la vida transcurre mansamente tal como lo tenía establecido.
Así seguimos, entregados al principio de incertidumbre, mientras pretendemos elegir el color de los zoquetes...
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