Cómo se supone que pueda abrazar sin brazos. Si los brazos
se me van trabajando afanes inciertos y efímeros con los que alimento una
urgencia voraz que cuenta en tiempos.
Cómo se supone que acaricie sin manos. Si las manos no
descansan haciendo, contando, dando, recibiendo, arreglando, jugando, creando, hurgando,
rogando, limpiando, matando, asiendo.
Cómo se supone que susurre, si no tengo voz. Si mi voz me la
matan cada día las realidades, los desacuerdos, las afrentas, los olvidos, las injusticias, las demoras, los abusos, las
impertinencias, los desaires, las incomodidades del alma, los cinismos y las deudas
impagas de todas las promesas incumplidas.
Cómo se supone que suponga que me amas si no descanso por
amar la vida. Y me tengo que reconstruir a base de arar en desiertos y
cementerios. Me tengo que poner a andar sin pasos. Me tengo que recomponer y
decir buen día a quien me espera con su afilado cuchillo cada día.
Como pretendes anidar en mi ternura si se me agrietan los
senos del hambre del mundo que nunca sale en tapas porque no fotografía acorde en mesas brillantemente servidas.
Cómo vas a pedirme más si ya estoy dando de mi menos.
Cómo acaso puedes reclamar alguna palabra que te descanse y
te libere de una realidad que no te es conveniente, si vengo con el alma hecha jirones a cuenta de la indiferencia del mundo mientras la humanidad se extingue al son frenético de una vida no elegida, de un deseo olvidado y un sinsentido consentido.
Cómo te atreves a
decirme que me esfuerce. Nunca deje de pujar para salir del túnel hacia un sol
que prometía. Y sabes, nunca llego el día de echarme a sentir calor, solo seguí
pujando y pujando y ahora sé que también se puja para morir.
No tengas la indecencia de exigir nada. Ya inventé todos los
mundos posibles y no alcanza.
Yo sueño cada día la redención del mundo y no se alcanza.
Yo alimento pájaros en la tormenta para que sobrevivan un segundo más mientras canto la profunda belleza del infinito y nadie mira.
Yo me seco las lágrimas con sonrisas cada día para que esté limpia mi mejilla en la próxima bofetada y aun así, no dejo de amarte Vida.