La leche fría sobre el plato decorado con filetes dorados, las galletitas con una mosca rondando la ausencia para adueñarse. Al guardapolvos le falta planchar el moño. Y el cuaderno azul que no aparece. Acá esta! -Desprolija!. Debajo de la cama, detrás de los papeles de Sugus azules y rojos. Los de menta son para convidar y los amarillos para mi hermano. Ya hice los dibujitos de la lámina pero leer no, si ya se lo que va a decir. Julio Verne es más interesante. Salir a horario. Los chicos de más lejos ya pasaron, habrá que correr un poco y llegar despeinada al colegio. Que me importa. Igual siempre me despeino. Y no le veo la gracia a tener los pelos en la cabeza como dibujados. Mejor que vuelen libres, como las mariposas del camino, como la vaquitas de San Antonio. Casi nadie las ve, pero es porque no saben mirar. Hay que hacer la fila por altura. Ridículo. Hay que sentarse callados y escuchar a la maestra. Ridículo. Hay que salir a jugar. Ridículo. Hay que ser..hay que portarse bien..hay que decir lo que se espera de una y callar lo que nadie quiere oír. Hay que parecer igual a todo el mundo. Como si eso fuera un seguro para no ser detestados, expulsados, discriminados.
Porqué será que los grandes viven inventando reglas para que cumplamos los chicos y ellos viven rompiéndolas?
Una margarita me saluda en el camino..me quiere mucho, poquito, nada..ya lo sabía.
Mañana voy a dibujar una princesa en un castillo en un planeta sin nadie más.
Si alguien quiere entrar tiene que volverse mudo para no mentir.
Si hubiera sabido que vivir iba a ser tan doloroso y difícil me hubiera quedado donde estaba. Aunque tambien me iba a terminar aburriendo. Mejor saco el cuaderno y escribo las palabras del dictado.
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