"Ignoramos el sentido del dragón, como ignoramos el sentido del universo, pero hay algo en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres,.."

"El Dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero éstas son inescrutables."

de El libro de los Seres Imaginarios, Jorge Luis Borges






viernes, 24 de septiembre de 2010

Noches de El Recodo


La luna le nace por cesárea a la sierra, detrás de la luz voló un ave grande, delante de la bruma plateada, la rama de un árbol quemado, acuna doliente un ave pequeña.

Ellos hablaron antes de otros lugares. Ellos se vieron, en la tenue luz de las estrellas primeras, cuando el rojo sol teñía los paños de anticipación, ellos sabían que vendría la oscura toldería a cubrir los llanos y montes por todo un largo sueño. Se dijeron cosas, el ave grande y el ave pequeña.

Ellos dos, allá en la luna, se encontraron para bailar un sueño, para danzar un deseo.

El viento corre las nubes, las nubes se encienden, de luces malas y buenas, rosas y violáceas.

Viene el viento malo y la luna se espanta, y allá van ellos dos, el ave grande y el ave pequeña, colgadas del aire, flotando en una canción que nunca tendrá letra. Detenidos en un pozo de aire como una foto de sepia con olor a duraznos maduros y grillos cantando.

Un lobo de monte aulla en el cañadón del viejo río seco. La arena se eleva con forma de cáliz. Puede llover, allá lejos se adivina un refusilo. Ojalá que llueva sobre el campo, en cada planta sedienta, sobre las vertientes doloridas, en la sequía de las mentes de la gente que no escucha nada mas. Y nada más.

Ellos dos, allá, en la luna, abriendo la llave de tu voz y mi sentido, regando el infinito de placeres nuevos. Cuarzos rosados. Menta. Poleo. Mica.

Música de olmos.

Y mi mano que sangra enredada en la tranquera.

Una gota tan solo, bajó por los yermos intersticios de la tierra y se adueñó, poderosa, de la simiente del futuro. El pan que no nos dejará caer mientras sea temprano, mientras no nos maten, todavía. Algo late dentro de este suelo.

Corazón de roca y espina. Soledad y silencio.

Y ellos dos, allá en la luna riéndose de todo, como si fuera cierto. Como si mañana el sol nos devolviera todo. Como si el amor fuera un salvoconducto, algo que te deja ser, algo que te deja vivir.

Ya se huele a lluvia. Pachamama dame la mano, no me abandones en esta danza, que vengan todos, salamanquitas, duendes, hadas, voladores y reptores, bailemos con la vieja de la lluvia que esta en la cueva de las cortadas, para que esta noche la luna se hinche de agua para que no se mueran nuestras pasiones. Vamos todos, ahora, en patas y gritando fuerte, nadie nos ve ni nos oye. Todos duermen. Nosotros traeremos la lluvia, ellos dos fueron hasta la luna a pedir aguita para llenar el dique. Para lavar las caras y las manos. Las caras y las manos, para darlas limpias. Mañana.

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