Se, que un día
miraré hacia abajo
hacia la nada,
y ya no tendré fuerzas
para sostenerme,
y me dejaré caer.
Caeré libremente
sin peso,
sin cuidado,
sin temor.
Sin saber si estoy cayendo
o, si el abismo profundo
negro y vacío,
se aproxima,
inexorable
hacia mí.
Y se va a estrellar
...
contra
mi ausencia.
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