
Hay días brillantes y llenos de expectativas...y días grises, nublados, mutilados,
donde lo mejor que puede pasar es irse a la cama a soñar con días mejores.
Pero a veces todo cambia. Un pájaro llega hasta la ventana, esta herido, debo salir a ayudarlo, me abrigo.
No esta. Parecía tan mal. Lastimado o agotado. Bueno, mejor si se fue. Que frío hace. Deje la puerta abierta. El pájaro es una paloma blanca. Como la de las postales. Y esta inerte sobre mi sillón rojo. Tengo miedo de acercarme y comprobar que no respira. Tengo miedo de asustarla. Basta. No debo temer mas. El miedo es desconocer lo que vendrá. No me conduce a nada. Me acerco, la subo a mi mano, la acaricio. Rezo. Yo que nunca rece. Rezo. Se que se va a poner bien, siento su latido. Voy a la ventana. Las nubes se corren. Un rayo de sol se filtra entre las nubes. Mi paloma resucitó. El mundo es una fiesta. La paloma vuela hacia el sol. Y yo se que puedo contra todas las malas costumbres.
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