Alguna vez, todos fuimos un simple, redondo y diminuto punto afortunado. A nuestro alrededor comenzó a formarse un mágico tejido de vida, sucedieron perlas de sentimientos, flecos de ira, nudos de relaciones, cortes de enfermedades, alineaciones de intentos impecables.....Y la vida giraba siempre en la misma dirección, alrededor del punto y en un momento hubimos de decidir, si íbamos a ir siempre hacia arriba, o siempre hacia abajo. Subir y bajar se volvió inestable. Bajar era doloroso y no exigía esfuerzo. Solo la evolución premia el esfuerzo. Y para eso estábamos vivos. No hay otro camino. Si, múltiples formas.
Hermosos espirales concéntricos crecieron hacia el sol elegido, creímos saber exactamente hacia donde íbamos, porque esa era la consigna a seguir. Y seguimos siguiendo.
Seguimos dibujando espirales con nudos, perlas, flecos, tajos y nuevos adornos. Luces distantes engalanan nuestra obra. Desde el mínimo centro se ve un trabajo importante, dijo la hormiga dentro del hormiguero. Pero desde el confín lejano del Universo también se ve un trabajo importante, ya que si un día las hormigas sembraran soja con las uñas pintadas del color de moda todo se vendría abajo. Irremediablemente. Inmediata Mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario